23 septiembre 2005

Se perpetua el karma de los amigos...


Hace un tiempo atrás me fui a ver el tarot. La señora ni siquiera me preguntó el nombre, sólo me hizo pasar, y entre predicciones de un pronto matrimonio y de un exitoso futuro laboral, me sentenció: "Todos traemos un karma a esta vida, el suyo es nunca poder tener amigos verdaderos y cargar con muchas traiciones, que ya se ven marcadas en su pasado" Me quedé pensando y más allá de las sugestiones me di cuenta de que tenía razón, con el tiempo las amistades más arraigadas se han ido desplumando, algunas con gran escándalo, otras con un silencio que corta para siempre, otras con amenazas del tipo "Tengo que pensar si quiero seguir siendo tu amiga" (Esa fue de antología) y algunas con un alejamiento progresivo. Mi última y gran amistad se produjo casi por accidente, cuando invité a mi cumpleaños a un amigo de mi pololo, en ese momento conocí un alemán que resultó ser más dulce que cualquier chileno, se llamaba Adrian Schwarz y me sorprendió llegando en bicicleta a Maipú desde el Centro de Santiago. Durante la noche cautivó a hombres y mujeres, entre ellas una que otra suspirona y mi encantada mamá, pero de todos ellos, yo tuve la suerte de llegar a conocerlo de verdad, y poder ser considerada por él mismo como su amiga. Con Adrian y el Seba lo hemos pasado chancho, nos acostumbramos a ir a la Blondie, juntarnos a tomar cerveza, sentarnos a tomar café (a cada rato), hablar obscenidades, compartir malas palabras en ambos idiomas, concertar citas para cocinar cosas ricas y en general reírnos incansablemente. Incluso le conseguí un romance furtivo que por desconocidos motivos acabó de imprevisto. El asunto es que en 4 meses creamos lazos fuertes, conocí a una persona maravillosa y corroboré que, a pesar de los susurros subterráneos que aseguran lo contrario, puedo ser (o quizás de hecho soy) una persona querible, que puede compatibilizar sin dificultad con una persona que realmente tiene buen corazón. Lástima, últimamente me había preguntado si he tenido la mala suerte de conocer personas indeseables, o si la indeseable soy yo, y cuando me encuentro con una persona realmente valiosa, se me va lejos rumbo a Berlín. Se me ocurre dedicarle mil palabras entre estas líneas, pero prefiero entregárselas a él mismo, y por lo demás, me empeño en que esto no suene a "Hasta siempre" sino sólo a "Hasta muy pronto". Ahora me queda sólo esperar antes de juzgar si la partida de este gran amigo también corresponderá al mismo karma...

Yesss!!!! (2º parte de "Por la Puta!!")


Después de 2 días de angustia superficial pero justificada puedo salir a la calle y no sentir que en cualquier momento me voy a encontrar con un conocido que va a decirme "Qué te pasó en el pelo???. Aunque ayer tuve que salir nomás con esa aprensión, para poder llegar a la peluquería de Fernando Pavez, donde debería haber ido desde un principio o haberme esperado hasta que llegara octubre con un nuevo capital monetario. En la peluquería me atendió Gonzalo Pavez, como siempre, luego de que mi mamá moviera los contactos y hablara con él para contarle mi tragedia griega y preguntarle si me podía ayudar en algo, a lo que además de responder afirmativamente agregó una oferta de rebaja... top. Cuando llegué Gonzalo me hizo pasar a su butaca y me empezó a revisar el pelo, y en verdad, además de espantarse del mal corte, hizo el comentario más descriptivo y acertado sobre mi situación capilar: ";El tipo que te cortó parece que se inspiró en la Parada Militar y te quiso dejar un casco en vez de pelo!!!".Para que se hagan una idea el pelo me llegaba casi en todo el contorno de mi cabeza hasta la mejilla y era muy tuido y pesado, en el fondo, un proyecto de Beatles... Después de que por primera vez en mi vida me lavó el pelo un chico guapo (siempre son mujeres, y en este caso para no ser menos tocó ser gay), pasé al trono de Gonzalo, ahora confiada en sacarme los lentes y no ver ni una mierda de lo que me estaba haciendo, ya que nunca le he dado indicaciones y siempre me ha dejado con la sensación de que luzco más bonita de lo que soy. Y bueno, pasó e rato, y entre pelar y pelar al tipo que me dejó el pelo corto y oscuro en vez de largo y claro, apareció un nuevo y radiante corte de pelo, muy corto la verdad, pero que no me hacía lamentar haber abandonado ni mi pelito largo que cultivé por 9 meses, ni mi rojo ardiente Kolleston que me acompañaba desde hace 13 meses. Además, Gonzalo me cobró 10 mil pesos en vez de los 16 que vale el corte de pelo y me prometió aclararme el pelo el próximo mes. En definitiva, recomiendo a cualquier persona que quiera un fashion emergency o un extreme makeover capilar y cuente con unos recursillos extras para ello, ir corriendo a la peluquería de Fernando Pavez en Miraflores (Metro Sta Lucía) y sorprenderse con el agradable cambio de aspecto

21 septiembre 2005

Por la puta!!!

Estoy indignada, impotente, bajoneada, todo lo que se pueda pensar, porque ayer gasté 14 lucas de un estrechísimo presupuesto familiar para terminar luciendo como una imbécil.

Desde hace tiempo que decía que me sentía estancada y cosas similares, y de repente se me ocurrió que podía deberse a un factor de rutina que nunca había tenido en mi vida más adulta: no cambiaba mi color de pelo ni me lo cortaba desde hace miles de meses, porque hábía llegado a adorar ese rojillo y trataba de tener el pelo largo para darle un gusto al Sebi. El asunto es que quizás precipitadamente llegué a la conclusión de que quería cambiar el rojo, que me quedaba bien pero que ya era mucho tiempo, y que en verdad el pelo largo, por más que me doliera no me venía en absoluto, porque me hacía ver "más gorda y más vieja" (palabras de mi mamá que me impulsaron a tomar medidas de las cuales no estaba segura). La cosa es que yo sólo me corto el pelo 1 o 2 veces en el año en la peluquería, y el resto de las veces lo hago yo misma,porque sólo confío de los peluqueros de Fernando Pavez, pero allí el corte vale 16 lucas, pero esta vez mi mamá me dijo que conocía un fletito amoroso que cortaba el pelo por 3900 (digo fletito únicamente porque odio al conchesumadre y le deseo lo peor en este momento aunque lo lamente).

En un momento de la tarde antes de salir al centro tuve un breve esbozo de arrepentimiento, pero finalmente salí, y caminé hacia la peluquería "Playboy" (aweoná! me debería haber fijado en que el nombre ya me lo decía todo!!!)
me costó encontrar la cosa, mi mamá me había dado indicaciones confusas... y yo me arrepiento tanto de haberla llamado para poder encontrar el puto lugar, pero lo hice.

El peluquero era un tipo con unas mechas largas de patillas, los dientes chuecos, mal aliento, chico y shulo, pero a pesar de darme cuenta de que no me convencía, supuse que dado el presupuesto familiar no me quedaba de otra... craso error, me quedaba de mis propias tijeras.

Le pedí al imbecil (Carlos Valdeavellano se llama) que me dejara el pelo largo y me lo aclarara, y para no aburrir con detalles idiotas, el resultado es que me lo dejó castaño y me lo cortó como hombre.

Ahora no me interesa salir a la calle, juntarme con nadie ni menos mostrar cómo mierda me dejó el maraco, así es que sólo me limito a hacer mis descargos acá

Ah! cuando le dije al tipejo: "oye, pero yo te pedí que me lo aclararas" lo único que me respondió fue :"Bueno, lávatelo harto y se te va a aclarar"

Así es que les dejo el dato a todos ustedes: Nunca vayan a la peluquería Playboy, ubicada en Merced, entre San Antonio y Mac Iver, y si por desgracia llegan allá, jamás se atiendan con Carlos Valdeavellano.

16 septiembre 2005

Genialidad de Golem


Ayer fuimos con el Sebita a ver a Golem al Pub Music, lugar de casi todas las tocatas a las que asisto. El asunto es que hace un poco más de una semana estaba pegada con la canción "Detén el tiepo" (se puede revisar en sitiogolem.cl o en Via X y Zona Latina, donde rota mucho el video). A los chicos de Golem los conocí hace casi 3 meses, participaron en uno de nuestros pilotos de TV revisando sus discos favoritos en la Disquería B, para esa ocasión el propio Manu me llamó por teléfono para ponerse de acuerdo sobre la grabación de la entrevista, pero yo estaba durmiendo siesta y como mi nanita es de Ecuador pensó que Golem podía ser una empresa o algo así y no pescó. Por esa época hablé unas 3 veces con Manu, que resultó ser tan amoroso que al final terminamos hablando de mis jaquecas y riéndonos de mi seudo labor de periodista.

Bueno, la cosa es que ayer en cuanto llegamos al Pub vimos a los chicos que estaban sentados en el VIP, yo saludé a la presidenta del Fan Club y a la coordinadora de la comunidad, que se acordaban de mí y con las que había seguido manteniendo comunicación por mail. Manu me miraba de lejos, pero no me atreví a saludarlo porque imaginé que no se acordaba de mí. El cuento es que al rato después Rodrigo, el vocalista se para y llega a mi mesa a saludarme demasiado amoroso, de hecho se acordaba con nosotros y mientras conversábamos de la vida y proyectos varios Manu se sentó en la mesa con el Sebi a conversar un poco de lo mismo. El asunto es que me alegró mucho que 2 músicos que me habían visto sólo una vez hace 3 meses atrás se acordaran de nosotros, fueran tan amenos y gentiles. La tocata estuvo de lujo, aunque tocaron poquito porque me explicaron que no querían abusar de su músico invitado, el baterista de Saiko, porque Olivia, su baterista oficial andaba en la nieve. Más tarde, después de juntar chauchas como ratona, porque no he vendido ningún anillo (parece que al igual que yo todos andan urgidos por el presupuesto dieciochero) me pude comprar el disco, donde viene la super Detén el Tiempo además de 12 canciones más, fui muy feliz cuando entre mi cartera encontré los 500 pesos que me faltaban para comprar las últimas copias que quedan del disco antes de la reedición, y todos se reían de mis saltos.

Cuando ya nos íbamos me iba a acercar para despedirme de los niños, pero no alcancé, porque se me adelantó el Manu a lamentar que nos fuéramos tan temprano, nos dio las gracias por ir a la tocata y quedamos de acuerdo para ayudarnos mutuamente en caso de cualquier cosilla.

En resumen, Golem es un grupo de personas demasiado agradables, sencillos, cálidos que hacen una música maravillosa que, por desgracia, no ha tenido auge en las radios... aún.

12 septiembre 2005

Reiniciarse...


Hace un tiempo atrás tuve una conversación con el Seba donde por primera vez en mucho tiempo me explayé sobre lo que significaba para mí escribir. Le conté que hasta octubre del 2001 yo era la seca de la pluma, que todo el mundo idolatraba lo que yo escribía, y que hasta de un pucho tirado en la calle se me podía ocurrir una idea... pero el tiempo, los fármacos y un par de indicios de que era mejor bloquear y olvidar ciertas experiencias (años incluso) me dejaron en sequía.

Durante las últimas semanas he permanecido en constante revisión, cuestionamiento, introspección, a veces rebuscada, fijándome en cada uno de los aspectos actuales de mi vida, y en general de mis últimos 5 años, quizás sea algo inevitable, todo el mundo egresa de la universidad mientras yo me siento como estancada. Hace un año y algo atrás estaba radiante, al menos mucho más que ahora, había alcanzado un estado en el que veía por superadas las sombras de lo que yo misma era en un pasado cercano, sombras que claramente no me gustaban, pero a medida que las cosas se van tornando calmas y monótonas es inevitable caer en revisiones (muchas veces innecesarias o algo esquizofrénicas)

Estoy en revisión desde julio, he tratado de salir pero ya llegó septiembre y me siento pegada, como que necesito un quiebre de la monotonía de los últimos meses, pero esta vez un quiebre que conlleve sonrisas en vez de lágrimas. Y en esta búsqueda se me ocurrió que quizás esa conversación telefónica con el Seba no fue azarosa y sea el momento de comenzar a escribir, de todas formas, de ser así no sé si el recurso más adecuado sea en un blog seudopúblico, pero qué carajo, todos tienen su blog y yo no quiero ser menos.

No quiero tener lectores, no me incomodaría recibir comentarios,a l menos eso creo ahora, peor sí necesito de un espacio que a la fuerza me obligue a llenar espacios vacíos con líneas de mi autoría. Quien sabe, quizás al volver a parafrasear líneas encuentre lo que se me quedó perdido en el camino y de nuevo me vuelva a sentir llena de algo.